Hablemos de citas: Ahora nos toca a nosotras!

Dejamos descansar a los hombres esta vez.
En este post nos toca a nosotras ¿Qué hacemos a la hora de una cita?.
Por empezar nos recontra producimos, pensamos el vestuario, nos compramos alguna pilchita nueva y nos recontra lookeamos, queremos impactarlo, aun así cuando salimos con un prototipo totalmente hippie nosotras queremos vernos como si saliéramos con el príncipe de Cenicienta.
Nos duchamos, nos probamos diferentes outfits, nos peinamos, nos maquillamos y esperamos con ansias ese momento.
Llegamos al lugar indicado y entramos caminando como si fuera la alfombra roja de los Martín Fierro, tratando de que esos tacos divinos que nos pusimos y que no usamos mas que 2 veces desde que los compramos no nos hagan una mala jugada.
Miramos hacia todos lados y buscamos al objetivo tal cual Terminator, con la mirilla bien atenta, y ahí está él, sentado en una mesa esperando por nosotras.
En ese momento, al menos a mi me pasa, que rezo para que me trague la tierra, son esos 5 segundos que parecen una eternidad y que me ponen demasiado nerviosa.
Pero ya estamos ahí, ya hicimos contacto visual y hay que darle para adelante. Caminamos hasta él y saludamos tímidamente.
Nuestra cita está en marcha. Es difícil empezar a hablar, pensamos ¿Por donde empiezo? ¿Qué digo? ¿Le interesará si le hablo de mí o es mejor hablarle de la copa América?
Los hombres son difíciles así que nos cuesta conectar con lo que esperan de nosotras en una primera impresión, bueno no, ellos esperan que entremos en tanga y cantando “El hilo dental” tal cual vedette de la calle Corrientes pero nuestra realidad para mostrar no es esa.
Finalmente me decido a hablar y se desarrolla una charla bastante amena o al menos eso nos parece a las mujeres mientras que los hombres piensan ¿Faltará mucho para que me la lleve al telo?
Nosotras sabemos claramente que ellos esperan que terminemos desnudas gimiendo arriba de su cuerpo y quizás nosotras también lo queremos pero desviamos la situación para no quedar "rapiditas".
La charla se va terminando, luego de dos o tres cervezas sabemos que viene el momento crucial, el de ver si pegamos onda o no, vos no haces nada, mientras que a él le salen los colmillos y te mira como si tuviera un infrarrojo para verte desnuda.
La cita se terminará y nuestra cabeza empieza a debatir: Si me besa y me dice ¿Vamos a un lugar mas tranquilo, que hago? Si digo que si quedo como una chica fácil y si digo que no me pierdo de probar semejante chongazo. Se presenta todo un dilema en menos de 5 minutos que nos cuesta horrores concluir.
La salida llego a su fin, ya pago la cuenta del bar y vos pensas en como no quedar como una facilita por que ya sabes las cosas que pasan, hasta podes aparecer en youtube taggeada en ese video de alto contenido pornográfico.
No sabes que hacer, o si sabes pero no queres hacerlo, bah, si queres pero no queres causar una impresión de “soy mas fácil que la tabla del 1”.
Tiempo finalizado, puerta del bar, antes de despedirse se escucha una propuesta en tono suave y al instante te encontras en su auto matándote a besos salvajes y luego de eso, en la cama de un telo cualquiera quitándole la ropa casi con los dientes y pensando: Me chupa 3 huevos que piense que soy fácil, no me iba a perder semejante flaco solo por una cuestión anticuada de la sociedad.

Tu noche terminará junto a él, con la ropa tirada por todos lados y vos chocha de haber dicho que si.